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¿Se Puede Reducir la Dependencia Económica de las Industrias Extractivas en América Latina?

Durante el periodo 2003-2014, conocido como el súper ciclo de los commodities, los países de América Latina profundizaron su dependencia económica del sector extractivo. ¿Porque decimos esto?

La dependencia (o independencia) económica de la región respecto del sector extractivo se puede medir usando distintos indicadores que den cuenta sobre la importancia del sector extractivo en aspectos como la producción agregada del país (el PIB), las exportaciones totales, en los ingresos fiscales recaudados por el gobierno, el empleo total, entre otros. Un país será más dependiente si el sector extractivo muestra un porcentaje alto de estos indicadores.

Revisemos, entonces, el comportamiento de los indicadores para países productores de hidrocarburos y de minerales de la región. En Colombia, las exportaciones de petróleo y minerales pasaron de ser el 17 por ciento en el 2004 a representar el 60 por ciento del total en el 2012. En el Perú y en Bolivia, donde las exportaciones de gas natural y minería (respectivamente) ya eran importantes desde antes, igualmente se vio una profundización de la dependencia pasando de ser menos del 60 por ciento en el 2004 a más del 70 por ciento en el 2012. Por el lado de los ingresos fiscales, en México y Ecuador, los ingresos petroleros llegaron a superar el 40 por ciento del total de ingresos fiscales en el 2011, cuando antes del 2004 se encontraban alrededor del 20 por ciento.

¿Por qué importa esto? Porque estos sectores (que fueron los motores del crecimiento económico y generadores de renta fiscal) reportan bajos niveles de empleo directo, impactos ambientales y sociales negativos, y alta volatilidad. En el gráfico siguiente se puede ver cómo, en la región América Latina, los sectores de alta productividad liderados por las industrias extractivas, aportan muy poco empleo, mientras que los de baja productividad, como la agricultura, emplean al grueso de la población de la región.

Además, a partir del 2012 en el caso de los minerales y el 2014 en el caso de los hidrocarburos, los precios y la demanda bajaron, por lo que los países dependientes ya están comenzando a ver impactos negativos sobre sus economías.

Como resultado, hoy la productividad se concentra en sectores que ya no son motores del crecimiento ni grandes generadores de renta pública y que, además, generan muy poco empleo de calidad.

¿Qué pueden hacer los países para revertir la dependencia económica del sector extractivo?

El reporte “La Agenda de la Sociedad Civil frente a las Industrias Extractivas en América Latina” propone no insistir en la actual dependencia de las industrias extractivas y, por el contrario, desarrollar otros sectores económicos sostenibles y de alta productividad, que puedan elevar las tasas productivas, generando ingresos por exportaciones y dando empleos de calidad con buenos salarios a la población. En otras palabras, promover la diversificación productiva hacia sectores sostenibles y de alta productividad.

Pero junto con la diversificación productiva se tiene que implementar también una reforma tributaria para compensar la caída de los ingresos fiscales generados por el sector extractivo y así sostener el gasto público. Esta reforma debe incluir impuestos directos progresivos, reduciendo la evasión y elusión tributaria y también eliminando los beneficios tributarios a los sectores mineros e hidrocarburos para que paguen lo que deben en los periodos de auge.

Claudia Viale es oficial de programa en la oficina regional para América Latina del Natural Resource Governance Institute (NRGI).

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