Coronavirus y petróleo en América Latina: la urgencia de la diversificación económica y la transición energética
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Mensajes clave:
El mercado actual del petróleo presenta desafíos a corto plazo para evitar tanto una crisis social en las zonas dependientes de la extracción de recursos como un colapso en el suministro de esta energía de la que dependen estas economías, pero también plantea un dilema a más largo plazo: ¿Cómo responderá América Latina al hecho de que una parte de su producción de petróleo simplemente no generará los beneficios que los inversionistas esperan? ¿Qué sucederá si la inversión en exploración cae aún más ante las perspectivas de demanda y precios para los años siguientes? Y, ¿cómo responderán los gobiernos a las demandas de subsidios petroleros en un contexto de déficits presupuestarios resultantes del gasto en paquetes de compensación y reactivación y de la disminución de los ingresos?
Un colapso abrupto de la industria petrolera tendría consecuencias económicas y sociales negativas frente a las que los gobiernos no están listos para responder. Sin embargo, el verdadero problema tiene que ver con el mediano y largo plazo: ¿deberían los países seguir apostando por proyectos que pueden no ser comercialmente sostenibles e invertir o promover inversiones en exploración en una industria que tiene un futuro sombrío? ¿Deberían los gobiernos relajar las normas y procedimientos fiscales, sociales y ambientales para hacer competitiva una industria que se enfrenta a un futuro tan adverso? ¿Tienen sentido inversiones petroleras adicionales frente al catastrófico calentamiento global?
Esta publicación propone que los gobiernos deberían acelerar la migración a matrices energéticas más limpias y sostenibles, y diversificar sus economías para proporcionar empleos, ingresos e impuestos que se perderán con la desaparición de la demanda de combustibles fósiles. En términos más generales, los gobiernos deben promover la diversificación para preparar el terreno para un crecimiento socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible.
Mensajes clave:
- Los rescates temporales exigidos por las empresas—como posponer los pagos de impuestos, regalías y las inversiones acordadas, subsidiar a las empresas con precios de venta mínimos— pueden ser necesarios en el corto plazo para preservar los puestos de trabajo y garantizar el suministro nacional de energía.
- La reducción de los estándares de las normas sociales y medioambientales, la flexibilización de los procedimientos y la concesión de subvenciones a largo plazo para apoyar los proyectos en curso y atraer nuevas inversiones en una industria que ya se enfrenta a su crepúsculo, no están justificados.
- Los gobiernos deben avanzar urgentemente en la diversificación económica y la transición energética para garantizar la disponibilidad de empleos, energía e ingresos fiscales que la industria petrolera proporciona actualmente.
El mercado actual del petróleo presenta desafíos a corto plazo para evitar tanto una crisis social en las zonas dependientes de la extracción de recursos como un colapso en el suministro de esta energía de la que dependen estas economías, pero también plantea un dilema a más largo plazo: ¿Cómo responderá América Latina al hecho de que una parte de su producción de petróleo simplemente no generará los beneficios que los inversionistas esperan? ¿Qué sucederá si la inversión en exploración cae aún más ante las perspectivas de demanda y precios para los años siguientes? Y, ¿cómo responderán los gobiernos a las demandas de subsidios petroleros en un contexto de déficits presupuestarios resultantes del gasto en paquetes de compensación y reactivación y de la disminución de los ingresos?
Un colapso abrupto de la industria petrolera tendría consecuencias económicas y sociales negativas frente a las que los gobiernos no están listos para responder. Sin embargo, el verdadero problema tiene que ver con el mediano y largo plazo: ¿deberían los países seguir apostando por proyectos que pueden no ser comercialmente sostenibles e invertir o promover inversiones en exploración en una industria que tiene un futuro sombrío? ¿Deberían los gobiernos relajar las normas y procedimientos fiscales, sociales y ambientales para hacer competitiva una industria que se enfrenta a un futuro tan adverso? ¿Tienen sentido inversiones petroleras adicionales frente al catastrófico calentamiento global?
Esta publicación propone que los gobiernos deberían acelerar la migración a matrices energéticas más limpias y sostenibles, y diversificar sus economías para proporcionar empleos, ingresos e impuestos que se perderán con la desaparición de la demanda de combustibles fósiles. En términos más generales, los gobiernos deben promover la diversificación para preparar el terreno para un crecimiento socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible.