Una reactivación económica sostenible y equitativa en Colombia: el rol de los recursos naturales
Antes de la pandemia, el sector minero-energético colombiano había generado un aumento de la vulnerabilidad macroeconómica como resultado de una alta dependencia de la economía a sus exportaciones y a los ingresos obtenidos del Estado. Para 2019, el sector representaba el 61.2 % de las exportaciones totales, con ingresos por USD 24 180 millones y el 6.7 % de las finanzas públicas, unos USD 3561 millones de ese año, provenían del sector.
En cierta medida, la estabilidad macroeconómica del país dependía de los precios internacionales de los commodities. Es así como en el año 2015 la caída de los precios del petróleo tuvo un efecto negativo en los ingresos públicos, con una reducción de 1.2 % del PIB, que tuvo que ser compensada con una reforma tributaria que incrementó el recaudo de IVA a partir de 2017 en aproximadamente 13.1 % anual hasta 2019. Es verdad que la actividad extractiva venía perdiendo participación en la producción total
del país. El sector no es un gran dinamizador económico, en buena medida, porque no genera encadenamientos significativos hacia atrás ni hacia adelante. Un estudio reveló que el sector minero-energético colombiano presenta coeficientes técnicos muy bajos. Esto tiene que ver con la capacidad que tiene la actividad de crear riqueza en otros sectores de la economía. Los resultados, con base en la matriz insumo producto para 2018, muestran que mientras la industria manufacturera tiene un coeficiente técnico de 2.45, el de la minería es de 1.483. Esto significa que es capaz de crear 3 veces menos unidades monetarias que la industria. En el mismo sentido, entendiendo la importancia de que las diferentes actividades de la economía se encadenen con el objetivo de crear riqueza de un eslabón a otro, el sector minero-energético colombiano presenta pocos encadenamientos significativos hacia atrás (con proveedores de sus maquinarias y herramientas) y hacia adelante (con la fabricación de productos terminados).
Esta publicación desarrollada por Mario Valencia, por encargo de NRGI en el marco de La Plataforma para la Reactivación Sostenible (PLARS) en Colombia y Perú, muestra el proceso económico del sector minero-energético colombiano antes de la pandemia, así como su escaso aporte a la generación de empleo y a la capacidad de crear y distribuir riqueza del país, pese a la alta dependencia del país a sus exportaciones y a la renta percibida por el Estado. Posteriormente, se evalúa el impacto que tuvo la pandemia y las perspectivas internas y externas que el sector ofrece en una probable reactivación de la economía. En este punto se analizan tanto los planes de reactivación como de transición energética del Gobierno y los obstáculos que enfrenta de cara al proceso de transición a nivel global. Finalmente, se describen y se miden algunas propuestas que parten desde el sector, pero en la necesidad de diversificación productiva del país.