Chile: adhesión al EITI ayudaría a la transparencia y la rendición de cuentas del sector extractivo
Chile inició un acercamiento con autoridades del EITI explorando la posibilidad de adherirse a esta instancia. Pero, ¿qué es el EITI y por qué sería positivo que Chile se incorpore a esta iniciativa? Esta publicación busca profundizar estas preguntas y dar algunos ejemplos a fin de contribuir con el debate público.
Chile es uno de los productores mineros más importantes del mundo. En América Latina destaca por su performance económica y la consolidación de su sistema democrático. Sin embargo, y a pesar de ser un candidato natural para ser uno de miembros regionales de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (Extractive Industries Transparency Initiative (EITI, por sus siglas en inglés)), el país no había expresado su interés en este estándar hasta hace poco.
EITI es una coalición global de gobiernos, compañías y organizaciones de la sociedad civil que busca promover la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de ingresos provenientes de recursos naturales no renovables: petróleo, gas y minerales. La idea fundamental es facilitar el acceso a la información sobre cómo los países gestionan estos recursos para asegurar que su explotación beneficie efectivamente a todos. Al contar con esta información, los ciudadanos pueden movilizarse y requerir una rendición de cuentas por parte de empresas y gobiernos, motivando una agenda de reformas.
La Iniciativa fue anunciada durante la Cumbre Global de Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (2002), debido a la opacidad y mala gestión de los recursos naturales no renovables en países ricos en estos recursos y como respuesta a iniciativas de la sociedad civil que abogaban por una mayor transparencia.
En la actualidad, más de 50 países se han comprometido con la implementación del estándar EITI. En América Latina, 11 países se encuentran en diferentes etapas de cumplimiento, incluyendo Argentina, Ecuador, Colombia, México y Perú. Cinco países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) son miembros, entre ellos Alemania, Noruega y Reino Unido.
Los Estados se vuelven miembros una vez que obtienen una certificación independiente de cuentas que reconcilien las cifras que las compañías reportan haber pagado y que los gobiernos informan que han recibido. Hay un umbral de ‘materialidad’ que obliga a que una porción significativa de la actividad extractiva está reflejada en el proceso de validación. Es decir, no es posible adherirse al EITI si tan solo algunas empresas participan: el esfuerzo debe ser representativo del sector en general.
Una decisión postergada en Chile
En 2014 el Gobierno conformó una Comisión Minería y Desarrollo, con representantes de la industria, la academia y la sociedad civil. En su informe, la Comisión señaló que algunos de sus integrantes llamaron a suscribir el EITI, pero no hubo un apoyo mayoritario. Se acordó establecer un sistema de transparencia de información de ingresos y gastos en línea con los criterios de la iniciativa.
En enero de 2023, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de resolución que solicita implementar el estándar EITI. Ocurre tras la constatación de que las reservas del Código Tributario impiden revelar la cuantía y fuentes de ganancias de la minería del litio y la falta de obligatoriedad de presentación de los estados financieros de las empresas mineras. La resolución solicita al Gobierno Nacional la implementación de EITI “con la finalidad de fortalecer la transparencia y rendición de cuentas en la gestión de los sectores extractivos nacionales”.
En febrero de 2023, una delegación del EITI realizó una visita a Chile, liderada por la presidenta del Directorio y ex primera ministra de Nueva Zelandia, Helen Clark, reuniéndose con diversas autoridades nacionales. Además, se organizó un diálogo tripartito para analizar el ingreso de Chile a EITI, con la participación de la presidenta Clark y el subsecretario de Minería, Willy Kracht.
En la actualidad existe un debate sobre la expansión y profundización de los requerimientos de EITI en el marco de la próxima conferencia que tendrá lugar en junio de 2023. En marzo de este año, el Directorio de EITI acordó un listado de temas para avanzar en un potencial refinamiento de los requerimientos de EITI. Varios organismos internacionales han pedido actualizar el estándar para asegurar su impacto y relevancia.
Existen altas expectativas para que Chile anuncie el inicio del proceso de adhesión a EITI durante la próxima conferencia global de este organismo, que tendrá lugar en Senegal en junio, y así fue informado por el Subsecretario Kracht en la última versión del boletín mensual de marzo de la SONAMI.
Aspectos positivos de la adhesión de Chile al EITI
Existen una serie de elementos favorables para la implementación de EITI en Chile, en especial en el contexto actual debido al interés de promover la expansión de la industria del litio, el aumento de los precios internacionales de este mineral y los desafíos sociales, ambientales y de gobernanza que implica.
Varias empresas mineras en Chile ya participan en procesos de certificación voluntarios como el IRMA, por lo cual la adhesión a EITI no significa un compromiso mayor.
¿Cuáles serían los aspectos positivos para Chile?
Aumentar la transparencia en la industria del litio y resolver desafíos de opacidad
La falta de transparencia en la industria del litio es uno de los desafíos más relevantes para Chile. De acuerdo con un Informe del Consejo Fiscal Autónomo, se estima que las rentas por el arrendamiento de CORFO por litio habrían representado un 5,3 % de los ingresos fiscales totales en 2022, aumentando siete veces en términos reales. El informe indica que “existe falta de información oficial disponible sobre los ingresos fiscales generados por la explotación del litio […] la Dirección de Presupuestos (DIPRES) no publica información regular que individualice los ingresos provenientes del litio” (Consejo Fiscal Autónomo, 2023, pp. 6-7).
Contar con mayor transparencia sobre estos recursos es un elemento crítico para la formulación de políticas públicas para determinar qué hacer con ingresos extraordinarios transitorios, medir el impacto en las finanzas públicas y ajustes en la regla fiscal.
La aplicación del estándar de EITI podría ser una salida a estos desafíos institucionales, dados los requisitos de divulgación de información relacionada con la distribución de ingresos, incluyendo presupuestos nacionales y subnacionales y conocer los gastos sociales y ambientales de las empresas extractivas.
Promover la cooperación multiactor entre el sector público, privado y la sociedad civil
Uno de los elementos destacados de la implementación de EITI es la conformación de un “grupo multipartícipe” compuesto por actores de gobierno, empresas y sociedad civil. Es un mecanismo flexible cuyas competencias están definidas a nivel nacional y es el órgano participativo de toma de decisión.
El mecanismo ha logrado equiparar las condiciones de influencia de toma de decisión entre estos actores y profundizar en el alcance y significado de EITI a nivel nacional. Ha sido especialmente significativo para actores de la sociedad civil y la academia que han visto fortalecida su influencia, alcanzando mayor ambición en los estándares y expandiendo los estándares de transparencia a otros ámbitos, como ha sido el caso en Perú y Colombia (Bebbington, Arond y Dammert, 2017 y 2019).
Este tipo de mecanismo puede ser una vía de cumplimiento de compromisos internacionales vigentes, tales como el Acuerdo de Escazú, para asegurar el derecho de participación del público en procesos de toma de decisión ambiental y conocer gastos ambientales producto de los contratos de industrias mineras.
Apoyar y mejorar las políticas públicas nacionales
Hay una serie de elementos del estándar que podrían apoyar y mejorar las políticas nacionales. Recientemente, una reforma tributaria que buscaba incrementar los ingresos públicos para financiar reformas sociales fue rechazada por el Congreso. Por otra parte, un nuevo royalty a la industria minera, aún en revisión por el Senado, podría complementar la necesidad de recursos financieros para las políticas sociales.
Los requerimientos de información del EITI sobre la contribución del sector extractivo puede orientar una mejor toma de decisión sobre qué hacer con los recursos adicionales provenientes de la industria extractiva, y cómo podrían apoyar una agenda de reformas sociales ambiciosa a través de mayores recaudaciones.
Generar oportunidades de cooperación internacional para mejorar estándares de transparencia y rendición de cuentas
Participar en un mecanismo internacional que apunta a elevar los estándares de transparencia puede ayudar a mejorar el posicionamiento internacional de Chile. En el caso de Colombia, la adhesión a EITI fue impulsada como parte de la política de reformas para el acceso a la OCDE. Para Chile, puede ser una oportunidad para reafirmar su voluntad de alcanzar los mejores estándares internacionales en una industria clave para la economía del país.
Chile puede integrar un mecanismo que ya cuenta con la participación de socios de América Latina y el Caribe. EITI puede ser una plataforma que tiene el potencial de aumentar la cooperación regional en transparencia y rendición de cuentas.
Una oportunidad para garantizar la transparencia en la industria del litio
En conclusión, Chile se encuentra en una coyuntura crítica para resolver desafíos clave relativos a la industria del litio, incluyendo la mejora de la transparencia de las rentas de este mineral, la participación multiactor y la orientación de sus políticas públicas en el sector extractivo hacia mejores prácticas. EITI es un vehículo que permitirá avanzar en este sentido y la adhesión de Chile traerá efectos positivos para el país. Este es, además, un momento único para promover los mejores estándares en una industria clave para América Latina, abriendo oportunidades de cooperación regional en materias en las que existe consenso entre los países de la región.
Felipe Cortés es consultor de NRGI en Chile.
Fotos: Salar de Surirea, Chile, Vanessa Jimenez / NRGI; Chuquicamata, Chile, Bruna Fiscuk / Unplash